Nora es una gata decidida, con carácter, que aprecia mucho su espacio personal. Sin embargo, Lunar es un trocito de pan que se deja hacer, busca mimos y se mete en cualquier huequito entre los gatos que le dejen…
Por eso me sorprendió ver que Lunar había decidido que su próxima compañera para dormir iba a ser Nora, la independiente Nora. Todo empezó persiguiéndola tenazmente… Allá donde ella iba, Lunar estaba detrás. Cuando Nora se daba cuenta, lo intentaba echar con sus sonoros maullidos, pero Lunar, firme, se quedaba quieto mirando a otro lado, como si la cosa no fuera con él.
Poco a poco, Nora se acostumbró a su presencia en los paseos y Lunar fue un poco más allá, intentando tumbarse junto a ella. Nora se levantaba y se iba con una mirada de «no quiero”… Nunca lo conseguirás, pensé yo.
Unas semanas después, al entrar en la gatera, vi a Lunar tumbado sobre otro gato. Como siempre, saludé a Lunar y acaricié al gato sobre el que estaba plácidamente tumbado, para averiguar quién era… Para mi sorpresa, apareció la cara de Nora con su único ojito, quejándose por haberla molestado. Ahora Nora no solo duerme con Lunar encima, sino que, en ocasiones, también duerme con el resto de gatos. Sigue siendo independiente y con carácter, pero ahora también es más sociable con sus compañeros, gracias a Lunar.
Así que nunca volveré a dudar de la constancia y decisión de un gato.
Susana, voluntaria de La Camada.